Mi lugar en el mundo… La Paloma
He tenido la bendición de vivir mis vacaciones de adolescente en ese lugar. Cada vez que estoy ahí, desde el primer instante, me llegan sensaciones, imágenes, recuerdos, re encuentros, que me llenan el alma.
Me gusta ir a la playa sin tener que subirme al auto para llegar, y que lo único que tenga que decidir es si hago una caminata arrancando para la izquierda o para la derecha. Me gusta tener la misma ropa puesta desde que me levanto hasta que me acuesto. Disfrutar el día al sol y la noche con comiditas, asaditos y reuniones con amigos. Largas caminatas por las playas… el privilegio de compartir un amanecer en La Aguada o un atardecer con tortas fritas en El Cabito o aplaudiendo el sol en La Balconada. El placer de comerme un churro con dulce de leche de los que hace Daniel en el centro, como lo hacía cuando tenía 14 años, a la salida de Caravana o La Currica. La calidez de su gente…
Caminar por las calles de tierra y sin semáforos. Andar en bici… La sensación del viendo del mar pegándome en la cara después de un día de sol… el olor del mar, el recuerdo de mis mascotas jugando en la playa. Mi primer beso…
Pasaron 30 años y tengo aquí mi lugar, que hoy quiero compartir, para que también ustedes puedan vivir las mismas sensaciones y construir sus propios recuerdos. En La Paloma me siento libre y auténtica. Sin duda, es mi lugar.
Cande